Regina King, la actriz ganadora de un Oscar por su papel en El blues de Beale Street (disponible en Netflix) y protagonista de la celebrada miniserie Watchmen (disponible en HBO), nos presenta ahora su primera película como directora: Una noche en Miami… (disponible en Amazon Prime).
Basado en una obra de teatro de Kemp Powers , que también firma el guion y es codirector de Soul (disponible en Disney Plus), el filme conjetura, de forma enormemente documentada, sobre un encuentro real entre Cassius Clay, Malcolm X, Sam Cooke y Jim Brown una noche en Miami, allá por el año 1964, después de que Clay se proclamara campeón de los pesos pesados y el día antes de comunicar al mundo su conversión al Islam.
Salvo el prólogo, interesante presentación de personajes, y un cierre armonioso, Una noche en Miami… hace esfuerzos para desprenderse de su origen teatral. La directora busca con constancia nuevos escenarios que cinematografíen la escena, llevando a los actores a cabinas de teléfono, badulaques nocturnos o, incluso, al techo del motel donde se lleva a cabo la reunión. Aun así, la realizadora se las apaña para conseguir una producción fluida y que, apoyada en su intimismo, nos acerca de manera más íntegra un diálogo de posiciones enfrentadas, afecto y unión por la causa. No estamos solamente ante cuatro iconos político-culturales de la sociedad afroamericana que no dejan de levantar el puño para defender sus constreñidos ideales, sino ante cuatro personas que dudan sobre la manera de hacerlo y precisan, incluso, de la aprobación del camarada para darse cuenta de que ese es el camino; de que, cada uno, ha elegido un terreno en el que demostrar y gritar eso que medio siglo después se convertiría en movimiento: Blacks Live Matter.
Consumando la crónica: Una noche en Miami… es una opción muy sugestiva para una noche de toque de queda. El que suscribe la vio —y le cautivó— el viernes por la noche con una copa de Carramimbre (disponible en El Corte Inglés).
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