Eddy, Bobby y David fueron tres trillizos, separados a los pocos meses de su nacimiento y adoptados por diferentes familias, que se encontraron casualmente a los diecinueve años. Un “bonito cuento de hadas”, según el filme, que no lo fue tanto al seguir investigando los motivos del desglose. Los primeros años fueron de alegría y gloria mediática; llegaron a hacer un cameo en la película Buscando a Susan desesperadamente y a montar un restaurante de moda en Nueva York. Sin embargo, un periodista se dio cuenta de que todo podía formar parte de un experimento que comenzaba en una importante y poderosa agencia de adopción. Y ya no debéis saber nada más del argumento.
A pesar de que el tema de la tentativa de demanda a la agencia o el descubrimiento de la madre biológica sean conceptos inapreciables en Tres idénticos desconocidos, el documental —porque hablamos de un documental— asume un ritmo resuelto y lineal que descubre los increíbles sucesos en el momento adecuado no dejándote desconectar en ningún momento. La conspiración, el thriller, el drama, la comedia o las recreaciones de situaciones se hilan, sin reiteraciones, en una película absorbente que te deja abierto al debate entre genética y entorno. ¿Qué nos convierte en la persona que somos? ¿Hasta dónde puede llegar la ciencia para aseverar sus afirmaciones? ¿Estamos frente a un documental o simplemente es el formato al que se han acogido? Ni idea. Solo sé que al finalizar Tres idénticos desconocidos necesitas urgentemente saber más, saber si fue real y ver Buscando a Susan desesperadamente.
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