(APOCALYPSE MÁS NOW QUE NUNCA) ¿Qué es el fin del mundo? ¿Una alegoría de lo reinante y de las insuficientes expectativas de cambio? ¿Perder el trabajo? ¿El diagnóstico de una enfermedad? ¿Que cuando mejor estás, un ciclón se lo lleve todo y no precisamente a Oz? ¿Una forma de pensar que te hace vivir al día? Para Jeff Nichols, director de Take Shelter, el Apocalipsis es un fenómeno, totalmente subjetivo, movido por convicciones religiosas, naturales o mentales. Una película con un espectacular forcejeo entre lo visionario y la locura, entre la demencia genética y las alucinaciones premonitorias, entre los superpoderes mentales y la irracionalidad.
Take Shelter empieza con el umbral de una tormenta evangélica con tintes de cataclismo. Un fenómeno que resulta ser el primero de una serie de sueños que el protagonista total de la obra —un gran Michael Shannon— sufre cada noche y que no sabe si son consecuencia de algún desorden cerebral o premoniciones reales. A partir de ahí, el producto cinematográfico está perfectamente hilado sobre la catástrofe en muchos de sus aspectos: la locura no aceptada, la descomposición familiar, la pérdida del empleo, el rechazo social, la caducidad de un seguro médico tan necesario en Estados Unidos o los frecuentes y casi pandémicos tornados de Ohio. A todo esto se le añaden unas metáforas (o tópicos) de la América profunda, como una mujer y una familia política ultracatólica y conservadora, un compañero de trabajo con una falta total de inquietudes, una hija sordomuda, un hermano comodín y una madre esquizofrénica. Pero tranquilos, no se trata de un culebrón; son solamente unas pinceladas , necesarias para la historia, que ayudan a construir perfectamente el argumento hasta su desenlace: un final que, aunque puede tener debates e interpretaciones muy personales, no deja frío.
En el Making of, el director y guionista cuenta que hace unos años, en plena crisis, después del éxito de su ópera prima (Shotgun stories), recién y felizmente casado y con todo lo necesario para ser feliz, empezó a sufrir ansiedad porque por primera vez en su vida tenía algo que perder. Asimismo, recordó su infancia y la angustia de vivir en una localidad donde los tornados marcaban la agenda. De ahí nació Take Shelter. Pues muy bien, te seguiremos señor Nichols; pero cuidado, que nos hemos enterado de que Hollywood está llamando a tu puerta para que el fin del mundo tenga algo más de efectos especiales.
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