(COMO LA VIDA MISMA) Encender la gigantesca televisión plana para ver como unos jóvenes sin camiseta se dedican a rascarse los huevos e intentar polemizar continuamente con el objetivo de convertirse en cantera de programas gritones y vomitivos, me demuestra que la caja tonta ya no es tan caja. La TV se quedó sin culo y sin neuronas. Cada año son miles las personas que buscan la fama vendiendo su falsa vida y sus modales. Pero para Luciano la fama cuesta, y le va a tocar pagar con sudor y con su propia identidad.
Luciano es un pescadero y timador esporádico que vive en Nápoles. Quizá por un vacío cultural o quizá porque la televisión ocupa un lugar primordial en su casa, Luciano, algo empujado por su familia, hace el primer casting para entrar en “Gran Hermano”. Su vida cambia por pasar una simple entrevista. Cree que le vigilan. Que el casting sigue en su existencia. Que cualquiera es parte del jurado.
Neorrealismo de la crisis de valores. La primera secuencia es una colorida boda napolitana que acontece como extraordinaria presentación de personajes, maneras e intenciones. Matteo Garrone cambia de registro pero no de localización. Ya no es mafia. Ahora es familia. Ahora es obsesión por destacar. Ahora es comedia que evoluciona de forma dramática. Entretenida y tensa. Simpática. Grotesca. A lo Monicelli. Reality. Destacar el intenso y cordial barrio donde vive el protagonista. Luciano ya es conocido, pero lo quiere ser más.
A positivar a Aniello Arena, rescatado durante el rodaje de la prisión donde cumple condena a perpetuidad, por su buena actuación y porque se le ve en los ojos que está disfrutando. Hace dos décadas, como joven sicario de la Camorra, participó en un ajuste de cuentas con el resultado de dos muertos por disparos de bala, una anciana de un infarto y el resto de la vida entre rejas. Pero descubrió el teatro. Y por el teatro se descubrió a Aniello Arena. Sigue en la cárcel. Su futuro está encerrado. Aunque, en palabras del propio Arena, “el futuro es el teatro a vita. Que el teatro sea mi cadena perpetua”.
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