(¿HABLAMOS DE NEGOCIOS?) Hace muy pocos días pude leer en Internet un chiste que me parece perfecto para describir esta película: “Papá, yo cuando sea mayor quiero ser mafioso”, a lo que su padre le responde: “Pero ¿en el sector público o en el privado?”. Mátalos suavemente es cine que, como The Company Men o Margin Call, habla de la crisis. Una crisis económica y moral en la que, cada día más, nos estamos sumergiendo. Una crisis que destapa nuestro lado más intransigente y que nos hace pensar en soluciones drásticas para arreglar el desaguisado.
En Mátalos suavemente nos encontramos con yonquis convertidos en expertos atracadores, estafadores de poca monta con vocación de padrino, asesinos a sueldo que hacen descuentos e incluso 2×1, matones a punto de la jubilación que aceptan los trabajos por las dietas, los hoteles y las putas (¿os suena?) y reuniones entre mafiosos debajo de puentes en lugar de en mansiones con grandes piscinas. Una película donde vemos, y sobre todo escuchamos, la crisis de la mafia: tanto en su sector público, en forma de constantes discursos políticos que hacen de banda sonora, como en su sector privado.
Sinopsis: una pareja de atracadores de medio pelo que andan siempre colocados y con pocas luces, deciden aceptar el arriesgado encargo de atracar una partida de póker organizada por la mafia. Los capos deciden acudir a Jackie Cogan (Brad Pitt) para encontrar a los responsables de tal osadía. Entonces Jackie empieza a subcontratar a proveedores y asesinos freelance con poca implicación, para descubrir a los malhechores y darles su merecido.
Mátalos suavemente es de esas rarezas con poso; un film donde, por el estilo y los diálogos, pueden aparecen claras influencias, pero que se manifiesta como un producto personal. Si no acudes a su visionado influido por su pirotécnico trailer, puedes entretenerte ante otra forma de plantarse ante el cine negro. La secuencia del atraco a la partida de póker es brutal y tensa, sobre todo la salida a través del estrecho pasillo del lugar donde ocurre el robo. A partir de ahí, encontraremos secuencias de acción a cuenta gotas y, aunque visualmente poderosas, no tienen más intención que hacer el trailer antes mencionado más atractivo. Eso sí, los diálogos de Jackie con la persona que le encarga el trabajo (Richard Jenkins) y con el matón al que contrata (James Gandolfini) son más que interesantes. Atractivo el papel de Gandolfini, el cual parece que, intencionadamente guionizado, deja a medias tanto a Jackie Cogan como al espectador.
1 Comment
Me ha gustado más la crítica que la película, aunque-sin ánimo de ofender- esta crítica tiene un indiscutible poso valenciano.
Aunque para Valencia, Valencia, ‘Boardwalk Empire’.