(LOS EXPENDEDORES DE HOSTIAS) Anoche me apetecía una película de esas de “no pensar mucho”, y decidí ver Los Mercenarios, producto nostálgico dirigido por un Stallone que no quiere dar el salto al género Cocoon. Escrita, supongo, en unos veintitrés minutos, la película no la toma nadie (actores, director, guionistas) muy en serio, algo digno de alabar. Anoche me apetecía una película de esas de “no pensar mucho”, y lo clavé. Carne de A positivar. La sinopsis, citando a mi amigo Jaime, es la siguiente: Al principio aparece Stallone diciendo “morid cabrones” y así sucesivamente.

Unos piratas somalíes, un nuevo novio que maltrata a su pareja (crítica social), unos recuerdos de cuando mataban charlies en Vietnam, una república bananera, una persecución de coches, un monólogo de una estrella recuperada y ningún ósculo apasionado, y ya tenemos lista la historia. ¿Para qué queremos besos habiendo metralletas que disparan 250 balas con pequeñas cabezas nucleares por minuto?

Los forzudos de los 80 vuelven de sus ajetreadas vidas para hacer su Walking dead  particular. Eso sí, para evitar el canibalismo de protagonismo, al tío Chuck no le han dicho nada. Cosa que corrigen los productores, por miedo a su integridad física, en la segunda parte. Sale el ruso de Rocky y los tres camareros del Planet Hollywood. Sale Jet Li para poder hacer chistes de bajitos. Sale Jason Statham, que aún le quedan fuerzas y así se ahorran algo en especialistas. Sale Eric Roberts para ver si conseguían llevar a las salas a los millones de seguidores de su hermana. Y sale un pibonazo latino, famosa por películas como.

Hay que saber leer entre líneas: “ellos tienen un pequeño ejército y nosotros cuatro hombres y medio (chiste de bajitos)”, “me lo prometo a mí mismo, y eso es algo que importa” y “vivimos tiempos terribles, pero hay que creer que se puede sobrevivir”.  Brutal. Los diálogos son algo para no perderse; creo que hay dos.

Voy a ir acabando, porque no debe ser ético que se tarde más en escribir una crítica que un guión. Así que si algún día os apetece “no pensar mucho” podéis ver Los expendedores de hostias. Está entera en Youtube. ¡Uy! ¿Esto último lo he escrito o sólo lo he pensado?