Esta vez sí. Esta vez sí que fluye la creación de Almodóvar, a pesar de unos flashbacks encorsetados en un universo que definen al creador. Esta vez sí que encajan ciertos temas periféricos al principal que buscan adaptarse al argumento. Porque si la eutanasia está en primer plano, acopla cualquier otra cosa que se ponga de accesorio, ya sea el auge de la extrema derecha, el cambio climático o la relación sexual entre un carmelita y un corresponsal de guerra.
Es muy difícil tener un lenguaje propio en un ambiente en el que la saturación de imágenes y la urgencia no nos dejan disfrutar del arte que se recrea en su propia representación. Y ahí, el director manchego, ruede en Almagro o ruede en Nueva York, es una figura inmensa que quedará para siempre. Guste o no.
La habitación de al lado habla de esa amistad que no termina con las largas pausas; de acompañar en los últimos instantes, sin juzgar ni preguntar. Esas amigas son Julianne Moore y Tilda Swinton y el idioma es el inglés. Sin embargo, a los pocos minutos el espectador se olvida del lugar y solo advierte el cromatismo, la sensibilidad y las grafías de Don Pedro. Porque esta vez sí.
Apostilla: La secuencia de la casa en llamas, no. La secuencia de las protagonistas revolviendo la casa para encontrar una pastilla, sí. Es una de las secuencias de la temporada.
No Comment