Como si fuera un personaje de su propia película, Javier Fesser se lanza al vacío de la inocencia y presenta sus Historia lamentables a través de una plataforma, llamada Amazon Prime, meses antes de llegar a las salas de cine. Comprobaremos en primavera cómo funciona eso de “invertir las ventanas de exhibición”. Aunque cierto es, tras mi poco aguante y tenerla ya vista, que la película en pantalla gigante debe acrecentar su disfrute. ¿Alguien va a esperar? Dejémoslo ahí.
Historias lamentables vuelve a aquellos orígenes fesserianos donde la forma está por encima del contenido; donde la planificación y la puesta en escena se convierten en seña y los actores exageran de forma controlada sus inquietudes. Y qué actores. Hasta parece, a ratos, que José Luis López Vázquez ha vuelto a su hábitat.
Las historias, que parecen irracionales, son protagonizadas por un hijo de papá, pueril y sobrepasado, que va a heredar una gran multinacional; un veraneante obsesionado con la primera línea de playa, una mujer que se aprovecha de un inmigrante y un empresario ludópata y mentiroso. Tan irracionales ya no parecen ¿verdad? Hagan recuento.
Rematando: estas Historias lamentables son muy recomendables y entretenidas, están apuntando a ganar todos los premios técnicos y están fantásticamente interpretadas. Ahora les toca a ustedes decidir la ventana a la que asomarse. Viva el cine en salas y la poca paciencia.
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