Allí donde terminan la mayoría de películas románticas hollywoodienses, empieza Historia de un matrimonio. Es más, el seductor prólogo de la película de Noah Baumbach puede ser el común denominador que todo lo liga. Un nexo tan melifluo y vistoso como alejado de afectación está el resto del filme.
Unos personajes bien trazados, que no se malgastan en melodramas, y un guion afinado desde la propia vivencia (sobre todo) y desde la instrucción cinematográfica (chupito cada que vez que Bergman y Benton sean citados), se unieron a la espera de un equipo técnico y artístico que le dieran vida. Y así fue. El resultado es una película infrecuente, por su prudencia y por su poca vocación de doctrina, que habla de algo tan acostumbrado como las rupturas.
Nicole y Charlie son un matrimonio en proceso de separación que intentan que el asunto sea lo menos traumático posible para su hijo Henry. Sin embargo, los abogados de las partes deciden que no todo tiene que ser tan proporcionado. Sensacional secuencia la del careo frente al juez, en la que nos damos cuenta de que papá y mamá han pasado a un segundo plano. Una discusión entre letrados que, a los pocos minutos, se replanteará con los verdaderos interesados; pero, esta vez, en la soledad del apartamento de uno de ellos. Allí, seremos los espectadores los que haremos las veces de testigos y de jueces.
Historia de un matrimonio. Y no Historia de un divorcio. Una genial incoherencia que me recuerda esa frase, asociada a Woody Allen, que dice que existen dos clases de matrimonios: los que acaban bien y lo que duran toda la vida.
4 Comments
Es genial
Y tú!
A mí me ha parecido una película muy real y muy sincera. Y me encanta la idea que comentas, que ese precioso prólogo sea el inicio de la continuación de las películas románticas a las que estamos acostumbrados, que pocas veces van más allá del inicio de la relación. Me gusta mucho el momento en que el mediador les dice que durante la separación no deben olvidar que han sentido algo tan profundo y que puede que sigan sintiéndolo en muchos aspectos. Ese amor del que habla, el que se siente independientemente de que la relación romántica funcione o no, es el que me ha hecho adorar esta película.
Una película directa y, a mi parecer, sin lagunas.