(LA ENTREGA) Favorecido por mi proveedor de estupefacientes fílmicos, pude disfrutar, en su momento, del subidón de Bullhead: una película sensible pero fuerte, oscura y sin escrúpulos; un trabajo escondido y nominado al Oscar a la mejor película de habla no inglesa (país: Bélgica). Y con llamar una sola vez, a Michael R. Roskam se le han abierto las puertas del cine norteamericano. The drop (La entrega) es su segunda película. El aliciente del director, saber que es la última película en la que aparecerá James Gandolfini, que el autor de la novela y del guión sea Dennis Lehane, escritor de Mystic River, Shutter Island y Gone Baby Gone y guionista de algunos episodios de The Wire y Boardwalk Empire; que el protagonista sea Tom Hardy y que tenía vía libre, convertían a la sala 1 del Kursaal en una prioridad difícil de contrarrestar.
No sé cómo contar el argumento sin destripar parte de la trama y las subtramas. Así que simplemente decir que hay mafia, por supuesto; un cachorro de pitbull que introduce la parte chico conoce chica, hay violencia bien estructurada y en progresión, hay algún policía, se va a misa bastante y el espacio vertebrador es un bar tapadera. Coged estas piezas y montaos la película (nunca mejor dicho). O no, mejor vedla, que mola bastante. Buen cine noir o neo-noir, que dicen algunos. En castellano: buen cine negro o neo-negro.
Al final resultó que la típica película hollywoodiense que parecía que no se ajustaba bien a los parámetros del festival era una buena película; un entretenimiento sí, pero afinadamente compuesto y del que engancha. Unas características que la coinvertían en “poco festivalera” y que la despojaron al instante de la posibilidad del oro. Lo que no le quitó es el Premio del Jurado al mejor guión.
(UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD) Gritos y más gritos desaforados entre los que, obviamente, destacaban los femeninos, me avisaban de que terminara rápido mi cerveza. Nikolaj Coster-Waldau estaba pasando por la alfombra roja y la película de Susanne Bier estaba a punto de dar comienzo. Yo no he visto Juego de Tronos (lo sé, lo sé), así que para mí este atractivo señor es el implacable cazador de Headhunters y poco más. Aunque todo hay que decirlo: él es, en Una segunda oportunidad, lo mejor de la película. Un policía y padre primerizo situado ante constantes dilemas éticos por un argumento duro. Del cisne blanco al cisne negro para que entendamos lo que un padre —y marido— puede llegar a hacer por su familia. Una película donde los bien definidos personajes transmiten bastante más que su guión y donde, como toda obra nórdica que se precie, no hay ni una sola persona que tenga una vida tranquila y sin sobresaltos.
(CASANOVA VARIATIONS) Si empecé la jornada con The drop, una película poco festivalera, la acabé con una coproducción europea muy festivalera: Casanova variations. Qué decir de este producto, algo pretencioso en mi opinión, aunque visual y, en algunos contados momentos, divertido. Qué decir del metacine. Qué decir del metateatro. Qué decir de la metaópera. Qué decir de esas películas de las que sales del cine aturdido, a la vez que escuchas alabanzas de los asistentes. Pues que no me la han acertado. Se me hicieron un poco largas las dos partes en las que se estructuran las andanzas y amoríos de Giacomo Casanova, sobre todo la segunda. Las dos palabras que mejor definen la película están muy claras: John Malkovich. Canibalismo actoral el de este tío al borde de la bipolaridad de tanto fusionarle la realidad y la ficción en su filmografía. Mis ganas de salir de la sala a los veinte minutos de empezada, no quitan algunas secuencias positivables en esta película. ¿Quién sabe? ¿Quizá necesita una segunda oportunidad? Eso sí, que me lo pida ella.
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