(A PESAR DE TODO) En El capital humano, el conflicto del epílogo viene marcado por el atropello y posterior fuga de un trabajador que volvía a su casa en bicicleta tras un duro día de trabajo. Y sí, lo primero que se te viene a la cabeza es Muerte de un ciclista de Juan Antonio Bardem. A partir de ahí, la película acontece a través de una disposición narrativa fragmentada en capítulos y con una abusiva utilización del flashback, a lo Tarantino vamos. La mayoría de capítulos, como hiciera Michael Winterbottom en ese grandioso film llamado Wonderland, se titulan según el nombre del protagonista principal del apartado. En una larga secuencia del film de Paolo Virzì vemos como la poderosa familia de un rico hijo de papá intentan protegerle, con su abogado presente y con todo lo que haga falta: exacto, como en uno de los Relatos Salvajes. La mujer de un individuo asquerosamente adinerado no sabe ya qué hacer con su fortuna y dedica su tiempo a invertir en arte, muebles antiguos o ropa cara, además de rodearse de personas estrechamente relacionadas con la cultura sabedores de sus pocas luces, algo que me recordó bastante al personaje que interpreta a la mujer de Woody Allen en Granujas de medio pelo. El realizador y su hermano —autor de la parte original de su banda sonora— utilizan a Vivaldi en una parte de su banda sonora, al igual que hacen otros cuatrocientos y pico títulos más, según IMDB. También suena el Oh Happy Day! El guión, basado en una novela homónima del autor estadounidense Stephen Amidon, nos introduce en un juego de escondites humanos entre diferentes clases, donde destacan los financieros sin miramientos a lo Margin Call y los oportunistas agentes inmobiliarios sin escrúpulos a lo Glengarry Glen Ross.
A pesar de todo, sí. El capital humano me ha gustado. Un thriller muy entretenido, detallista hasta el extremo, bien interpretado y que, a pesar de algún altibajo ocasional y un final algo remarcado —supongo que la novela es lo que tiene—, es una película que te mantiene hasta su ‘fine’. Y aunque mi párrafo superior ha dejado la obra a la altura de un burdo pastiche, hay que fijarse en el nivel de las películas con las que la comparo.
No Comment