(DE BERLANGA A RESNAIS) De costumbrismo folclórico a Nuevísima Ola. De Mihura a Marguerite Duras. De Pepe Isbert a Emmanuelle Riva. De Andalucía a Japón. De coral a intimista. De cine a metacine. De Austrohúngaro a franco-japonés. De optimismo a negatividad. De censura a libertad. De comedia a drama. De tierra a cenizas. De plano Generalísimo a primerísimo primer plano. De sátira a sentimiento. De orgullo de pertenencia a infidelidad. De 1953 a 1959. De neorrealista a poético. De “Como alcalde vuestro que soy os debo una explicación.” a “Tú eres Hiroshima. Tú eres Nevers”. De pregón a susurro. De linealidad a flashbacks. De sordera a ceguera. De sueños a vigilia. De todo pasa a todo queda. De irradiación a radiación. De dinamismo a flema.
De esperanza a esperanza. De choque de culturas a choque de culturas. De ópera prima a ópera prima. De Cannes a Cannes. De blanco y negro a blanco y negro. De postguerra a postguerra. De denuncia a denuncia. De frustración a frustración. De Bienvenido Mister Marshall a Hiroshima mon amour.
Nota: Después de esta “crítica de autor”, que podía haber interesado a Alain Resnais pero que el señor García Berlanga se hubiera limpiado el culo con ella, sólo decir que cometí el error de verme esta doble sesión en orden inverso. Primero revisé la divertida y alocada sátira del director valenciano y, a continuación, me inicié en una de las dos obras preludio de la Nouvelle Vague; la otra es Los 400 golpes, película que me sedujo enormemente más. La amable voz en off de Fernando Rey en Bienvenido Mister Marshall, a lo Frank Capra, ya me cautivó desde los inicios y me llevó con sus sugestivos y doble intencionados diálogos a un final que se espera, aún sin conocer la histórica película. Las dos voces enfrentadas de los protagonistas de Hiroshima mon amour me inscribieron ante un film de cinéfilo belicoso, pero me dejaron claro que el café hacía falta. Aún así la terminé. Algunos elementos a positivar tiene la película francesa, aunque el que más es su eufónico e interesante título. Para terminar: quizá le dé una segunda oportunidad a la de Resnais, un día con muchas fuerzas; pero de lo que estoy seguro es de que volveré a oír a Don Pablo, alcalde de Villar del Río.
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