El respeto por los personajes, por parte de los cineastas y de los libretos que acomodan en imágenes, no siempre viene acompañado de un igual respeto por el material que exponen. Un ejemplo claro podría ser la película argentina de la sección oficial El hombre que amaba los platos voladores. Diego Lerman había encontrado un tema, escarbado en la realidad, que necesitaba no solamente ser contado, sino arriesgar un poco en su universo. La historia de un periodista que engañó a todo un país, voluntariamente o no, con temas de ovnis y extraterrestres que dibujaban con carboncillo daba para estirar algo más su conflicto. Quizá su próximo lanzamiento en una plataforma que no arriesga nunca (poderoso caballero), haya lastrado un proyecto que dispara sobre seguro.
Todo lo contrario han hecho los veteranos Costa-Gavras y Mike Leigh. El primero de ellos, con 91 años, en Le dernier soufflé, utiliza a un médico de paliativos y a un filósofo afamado para enseñarnos las formas de enfrentarse a una muerte inminente. Un final cuestionable y la cantidad de lágrimas en la platea no sirven como pretexto ante una película en forma hecha por un realizador en forma. En cuanto al británico, que ya ha picado en Venecia y en Cannes, no me importaría en absoluto que se llevará el premio gordo del certamen. En Hard Truths nos enseña a manejar a los personajes y, ante todo, a justificar sus porqués. Un ama de casa, fascinante, con texto y sin él, Marianne Jean-Baptiste, enfadada con el mundo e irónica con la humanidad, acaba dando ejemplo de lo que significa la falta de comunicación dentro del núcleo familiar. Una película que no utiliza violines y fuegos artificiales para hacernos entender que para adjetivar hacen falta datos. Maravillosa. La que sí utilizó instrumentación y castillos en el cielo para remarcar intenciones fue la china Bound in heaven. Moribundo y maltratada se unen para pasar un tiempo juntos y demostrar que se quieren. Visualmente poderosa, acaba por saturar ante tanto videoclip. Interesante en aspectos e intensa en formalidades.
Y hablando, o escribiendo, de respetar a los personajes, ahí estaba Sean Baker y su Anora. Se le puede poner la nimia tacha de ser algo reiterativa en algunos instantes, pero la gran dirección y unos personajes bien descritos y tratados hacen que sigamos con agrado a esa cenicienta que eligió al príncipe erróneo. Baker sigue sin fallar. Aunque me sigo quedando con The Florida Project.
Cerrando la sección oficial, a concurso, El llanto, española y dirigida por el novel Pedro Martín-Calero, de la que se agradeció su aporte de algo de genero a competición, con un terror de ángulos feministas y muchas pantallas, pero que no acababa de funcionar a pesar de su tensión académica. No sé, supongo que, simplemente, no me cerró bien. Cuestión de apreciaciones… y de gustos, claro. Y Gia Coppola rescata a Pamela Anderson para contarnos lo mal que lo pasa The last showgirl en un sector que demanda nuevos contextos y más juventud. El romanticismo no funciona en este siglo. A positivar a Jamie Lee Curtis que está apoteósica en todas las secuencias que demandan su presencia. Película correcta que, aunque parece ya vista, se toma en serio ese respeto por los personajes y por el material que les da vida.
Antes de dejar una quiniela, o una carta a los Reyes Magos o los deseos para el genio, quiero destacar los mejores 40 minutos que he pasado en este 72 Festival Internacional de Cine de San Sebastián dentro de una sala. La filigrana se llama C’est pas moi y la dirige Leos Carax. A la pregunta del Pompidou «¿Dónde estás, Carax?». El director galo contestó con este mediometraje para ver en bucle. Dietario contracultural. Retacería fílmica. Una extraordinaria mirada a una mirada extraordinaria. Una pieza de museo voluntaria. C’est fini.
CONCHA DE ORO A LA MEJOR PELÍCULA:
– Hard Truths de Mike Leigh.
PREMIO ESPECIAL DEL JURADO:
– Los destellos de Pilar Palomero.
CONCHA DE PLATA A LA MEJOR DIRECCIÓN:
– Albert Serra por Tardes de soledad.
CONCHA DE PLATA A LA MEJOR INTERPRETACIÓN PROTAGONISTA:
– Mariane Jean-Baptiste por Hard Truths.
CONCHA DE PLATA A LA MEJOR INTERPRETACIÓN DE REPARTO:
– Antonio de la Torre por Los destellos.
PREMIO DEL JURADO AL MEJOR GUION:
– François Ozon y Philippe Piazzo por Quand vient l’automne.
PREMIO DEL JURADO A LA MEJOR FOTOGRAFÍA:
– Piao Songri por Bound in heaven.
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