Concerned Citizen, la película con la que me inicié en esta 37 Mostra de València, trata de mucho más que de esos temas que explotan en primer plano. Argumentaciones explícitas, como la gestación subrogada o la gentrificación, están bien encajadas. Aunque lo que de verdad importa es lo que surge del detalle: el sentimiento de culpa ante una ideología que vacila. Como en aquella sugerente obra de Ivano De Matteo, La bella gente (2009), donde acoger a una prostituta maltratada se convertía en un desmorone de los valores y una diatriba de los privilegios de clase, en la segunda película de Idan Haguel también nos hacen un ejercicio-espejo para que nos demos cuenta de que el idealismo necesita entrecomillarse. Ya que, a veces, acaba con hipocresía y redención: a veces es una falsedad más en el subconsciente. Una vez expuesto el testimonio real del filme, es donde la gentrificación y la gestación subrogada se vuelven contundentes; pues el protagonista desea que su barrio obrero y de inmigrantes se llene de hípsters y tiendas de muffins y el vientre de alquiler plantea serias dudas en su simple propósito. Concerned Citizen se llevó la Palmera de Plata y los galardones a mejor guion y actor en el certamen.
Son los escenarios donde se mueven las películas los que aplican su autoridad. Y del Israel de Concerned Citizen, pasamos al Irán de Until Tomorrow. Los problemas no son los mismos si nos movemos de realidad; y buscar niñera no es lo mismo en Teherán que en el Eixample de Valencia. Fereshteh necesita que alguien cuide de su bebé ilegítimo mientras los padres van a verla a la capital. Ellos no saben que es mamá. Ella y una amiga, de las de verdad, de las que no examinan, recorren las alquitranadas venas de la situación iraní suponiendo que la solución está a la vuelta de cada esquina. Sin embargo, en una sociedad donde una mujer no puede ir a un hotel sin acompañarse de un varón, una premisa sencilla se convierte en una cordillera con mal tiempo. “¿Cómo lo podemos arreglar?”, pregunta una amiga a la otra. “Ve a la sede del gobierno y diles que cambien los derechos de las mujeres”. Valiente, actual y necesaria propuesta la de Ali Asgari que, al final, se llevó, merecidamente, la Palmera de Oro y los premios de dirección e interpretación femenina. Una película perfectamente realizada, con los tempos necesarios y con un contundente cierre que comienza con la mejor secuencia del festival: un taxi, un chupete y un corazón que se constriñe.
Estas fueron las dos propuestas más premiadas de la Mostra 2022. Aunque, hay que reconocer que el de este año ha sido uno de los mejores que yo recuerdo en su sección oficial. Destacar la ópera prima de la cineasta, nacida en Liubliana, Sara Kern, y su emotiva historia sobre la pérdida en Moja Vesna. Una película de caras y manos; aunque son las manos de la joven protagonista las que nos enlazan secuencias y dirigen la narrativa. Unas manos inocentes, encuadradas de tal forma, que son una película en sí mismas. No exagero si digo que las formas sutiles y el espíritu fílmico de Kelly Reichardt sobrevuela el ambiente. También la película kosovar Vera Dreams of the Sea utilizaba la pérdida como detonante para representar un contexto patriarcal donde una mujer viuda no solo pierde un marido sino su representación como individuo. Al final, su directora Kaltrina Krasniqi nos dejaba claro que el futuro de su región está en las mujeres y en el arte.
Entre las higueras, ejercicio costumbrista de la directora y productora franco-tunecina Erige Sehiri se hacía grande en su sencillez conforme avanzaba en su discurso. Una simple jornada laboral, recogiendo higos, nos regalaba un lenguaje y unas inquietudes que poco podemos reconocer si provenimos del privilegio. Película que se distribuirá en España y que ya tiene título en castellano; como se puede apreciar al principio de este párrafo.
La ganadora de la sección ‘Una cierta mirada’ del último festival de Cannes, The worst ones, no obtuvo recompensa, pero sí un gran aplauso de los asistentes. Un ejercicio de metacine donde unos jóvenes actores noveles hacen una doble interpretación sensacional: por un lado, reparamos en sus vidas en una barriada periférica y turbulenta y, por otro, vemos su interpretación en una película para la que han sido escogidos. Cine dentro del cine dentro del cine. Con esta película cerré el festival y con esta película cierro está crónica.
PALMARÉS DE LA 37 MOSTRA DE VALÈNCIA:
Palmera de Oro: Until tomorrow, de Ali Asgari, Irán.
Palmera de Plata: Concerned citizen, de Idan Haguel, Israel.
Mejor dirección: Ali Asgari, por Until tomorrow, Irán.
Mejor actor: Shlomi Bertonov, por Concerned citizen, Israel.
Mejor actriz: Sadaf Asgari, por Until tomorrow, Irán.
Mejor guion: Idan Haguel, por Concerned citizen, Israel.
Mejor fotografía: Paolo Carnera, por Nostalgia, Italia.
Mejor música: Amin Bouhafa, por Entre las higueras, Túnez.
Premio del público: No Dogs or Italians Allowed, de Alain Ughetto, Italia.
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