Los adultos están de fondo, casi inaudibles, porque lo realmente importante es el punto de vista de Frida, una niña que acaba de quedarse huérfana y debe empezar una nueva vida en casa de sus tíos. Estiu 1993 es una obra autobiográfica de Carla Simón sobre el verano que, en palabras de la directora, “definió mi infancia y me obligó a crecer más rápido que cualquier otra niña de mi edad, influenciando sin duda a la persona que soy hoy en día”. El resultado de los vagos recuerdos de aquella niña de seis años transformada, en la treintena, en una sensible realizadora es una enorme película sobre la infancia (sobre la ausencia y sobre las nuevas presencias). Una película, nada melodramática, repleta de matices y de contenido, tan tierna que se hace corta y tan de verdad que las lágrimas y las sonrisas se intercalan en sus virtuosas secuencias. El trabajo con y de los actores roza la perfección de tal manera que, en ocasiones, parece una cámara doméstica tomando testimonio de aquel verano. Al cine todos.
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