Una no ficción subyugada ante la dura realidad vuelve a demostrar que el documental es un ingente formato. Pocos medios, una escasa hora de metraje y una idea sencilla se transforman en una película, O futebol, tan controlada que hasta puede parecer que el azar sobreviene medido.
Sergio Oksman, realizador del filme, se encontró con su padre en 2013 tras más de 20 años sin saber el uno del otro. Decidieron reunirse de nuevo al año siguiente en Sao Paulo y seguir juntos el Mundial que se celebraba en Brasil. Oksman y su colaborador Carlos Muguiro decidieron plantear un sobrio guión sobre la relación entre un padre y un hijo con poco que contarse. El fútbol, fuera de campo y fuera del campo, y los diálogos futbolísticos sirven de catarsis ante un vacío sentimental. La perfecta composición de planos, siempre fijos, y los prolongados silencios están llenos de contenido. El director pretendía mostrarnos su intimidad pasada; sin embargo, el inesperado final, ni escrito ni proyectado, no se descontrola y bien pudiera haber estado macabramente guionizado. Pero no.
Aquel campeonato se recordará por el doloroso 1-7 que Alemania endosó a la selección brasileña. Otro ingente movimiento narrativo que, aunque obviamente nada deseado, hace que el filme acabe siendo tan redondo como la pelota que nunca vemos.
Aprovechad que, hasta el 27 de junio, podéis ver O futebol en la web de rtve. Aquí el link. Si leéis esto tarde, buscad otra estrategia.
El link para ver O futebol es está misma frase.
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